Capítulo 12.
Era la segunda noche que Jimin pasaría solo con Jungkook en la gran casa de Yongsun y Jin.
El omega había llamado desde que amaneció para preguntarles cómo se encontraban, fueron palabras rápidas, el celo aún no terminaba.
Jin habló con Jungkook para saber cómo iba todo en casa, necesitaba saber que su amigo se encontraba bien, el alfa informó que Jimin estaba en sesión, ya que la necesitaba mucho.
Jin hablaba del otro lado de la línea —Jungkook, encárgate de que Jimin coma, cuídalo, dale su espacio, pero no lo dejes solo, no permitas que se quede enterrado en sus pensamientos, dile que recuerde el cuaderno de apuntes. Eso le ayudará.
El alfa suspiró pesado escuchando todo lo que el omega ordenaba —Hazle saber cuánto lo queremos y por último mañana es el día de riego de mis plantas, encárguense los dos, por favor y ten cuidado de no pisarlas con tus enormes pies —ordenó a través de la línea, hablando rápido y sin detenerse.
—Como tu dig... —Jin colgó el teléfono. El alfa bufó dejando el aparato sobre la mesa, se puso en pie en busca de Jimin al escuchar que su sesión concluyó.
Jimin se encontraba en la cocina, Jungkook le dio la idea de hornear algunas pizzas caseras, ya que tenía el deseo de comer ese tipo de comida, pero preparada en casa. Jimin estaba muy feliz, era la tercera vez que comería pizza y para el desayuno. Le encantó que Jungkook, además de eso, le propusiera que para otro día podrían cocinar hotcakes para la cena.
Jimin estaba tan emocionado que correteó dentro de ella buscando todos los ingredientes, estuvo a punto de pedir permiso para entrar y hacerlo, pero Jungkook se adelantó diciéndole que esa era su casa y que no debía pedir permiso de nada.
Jungkook fue a lavarse las manos, cuando el alfa fue a la cocina lo encontró untando salsa sobre dos círculos de masa, Jimin volteó a verle y más tierno no se podía ver.
Tenía manchas de harina en la cara y cabello, Jungkook dejó salir una pequeña carcajada.
—¿Qué sucede? —preguntó con algo de vergüenza.
—Nada —se apresuró a decir al ver la cara de preocupación de Jimin—. Es solo que tienes harina en el rostro —señala las partes manchadas.
—¡Oh! —expresa sonrojado y apresurándose a limpiar donde Jungkook le indicaba.
—A ver, permíteme... —toma un trapo y sacudió la ropa de ojiverde y usó sus manos para limpiar su rostro, el alfa notó el sonrojo cubrir su rostro—. Listo —Jungkook sonrió.
—Gracias, mmm estaba esperándote para poner los ingredientes —intenta cambiar el tema para ocultar el carmín de sus mejillas.
—Perfecto —responde el alfa con una enorme sonrisa, se colocó junto a Jimin, preparándose para ayudar.
—Elige tú primero —Jimin siente la emoción recorrer su cuerpo. Sus manos estaban tan cerca. Podía sentir algo lindo y cálido.
—Quiero pimientos, cebolla, algo de carne y mucho queso, ¿y tú? —Jungkook ordenaba los ingredientes mientras los mencionaba.
—Peperoni y queso, mucho queso —dijo queriendo esbozar una sonrisa.
El alfa encendió la radio para escuchar un poco de música, el ambiente era cómodo y tranquilo, estas canciones hacían que Jungkook moviera la cabeza de un lado a otro siguiendo el ritmo suave, por un momento imaginó cachorros corriendo a su alrededor y él junto a Jimin sonriendo plenamente haciendo de la cocina una pista de baile.
Comieron uno frente al otro compartiendo miradas, Jimin hablando de forma pausada haciendo movimientos con sus manos para darse a entender, Jungkook escuchaba atentamente todo lo que decía. Eran pocos los momentos en que se permitía ser.
Jungkook usó su encanto para intentar hacerlo sonreír, hizo un par de jugueteos y bromas provocando que las comisuras de Jimin se elevaran un poco.
Fue agradable el momento de tranquilidad.
El alfa limpió y ordenó la cocina, Jimin guardaba los sobrantes en el refrigerador.
—Oye Jimin, Jin me pidió que mañana atendiéramos el jardín, ¿te molestaría si Yoongi viene para ayudarnos? —el alfa recuerda cuando terminan de limpiar.
—Claro que no, Jungkook, me agrada Yoongi.
—Perfecto, gracias —conversaron un poco de todo. Jungkook marcó con su aroma a Jimin y este pudo dormir un poco antes del almuerzo.
Por la tarde Jungkook le propuso pintar un poco, le brindó un lienzo y pinturas de muchos colores.
Lo dorado del sol entraba por la ventana haciendo que sus ojos se vieran electrizantes, Jimin se acomodó trazando líneas y colores, Jungkook lo observaba curioso por saber que era lo que estaba creando.
Al poco tiempo frotó sus ojos, sintiendo la vista cansada, tan entretenido y embelesado en la pintura, estuvo que no se percató que ya era de noche. Jungkook recogía los platos de la fruta que llevó, siempre asegurándose que Jimin comiera.
—Creo que ya he terminado —le muestra.
—Es muy linda —el alfa apreció la pintura de una representación del otoño.
—Me encanta el otoño, es mi época favorita del año.
—Te quedó perfecta —halagó—. Dejaremos que seque y mañana la pondremos en el pasillo, irá perfecto con todas allá.
—No pienso que sea como las tuyas, no puede estar ahí.
—Claro que sí, a mí me encanta y más que esté junto a las mías —Jungkook le felicita y Jimin se emocionó.
—Gracias, supongo que iré a dormir —Jimin deja todo en orden y antes de salir se dio la vuelta—. Feliz noche Jungkook y de nuevo gracias, eres un gran alfa.
—Es un placer, cariño, feliz noche, descansa.
✧✦✧
Jungkook despertó en la madrugada al escuchar ruidos afuera, de inmediato se puso de pie, tomó su arma del cajón de su buró y salió verificando el pasillo.
Apuntando su arma al frente caminó sigilosamente para no hacer ningún tipo de ruido listo para atacar a quien fuera que estuviera intentando entrar en casa. Pensó en Jimin y...
Todo se detuvo, se sorprendió cuando vio a Jimin recostado en uno de los grandes ventanales, observando a la nada.
—¿Jimin? —el ojiverde da un pequeño brinco por el susto al verlo intentando ocultar el arma.
—¡Jungkook, por Saturno me asustaste! —dijo con la mano en pecho, sintiendo su corazón palpitar rápidamente.
—Lo siento, pero digo lo mismo, ¿te encuentras bien? ¿Necesitas algo? Hace frío, estás temblando —señala.
—No podía dormir y me gusta sentir el frío, eso me relaja —intenta tranquilizar al alfa.
—Espera te traeré una manta —Jungkook se da la vuelta.
—No te preocupes, Jungkook, ve a dormir y perdona por hacerte despertar, no pretendía molestarte.
—¿Qué dices? Aguarda un segundo —el alfa caminó hasta su habitación, deja el arma en su lugar y toma una de las mantas de su cómoda, le marca con su aroma y sonríe, era algo tonto, pero de alguna manera sentía que estaba con Jimin, Jungkook regresa y la puso sobre sus hombros.
—Gracias —cierra los ojos al percibir el olor del alfa en él, aguardaron unos segundos en silencio.
Y ahí estaba de nuevo, muy dentro de sí, esta sensación extraña.
—¿Me permites acompañarte? —Jungkook camina acercándose.
—Claro que sí, por mi culpa se te ha ido el sueño —Jimin se sentía encantado por la compañía del alfa.
—Gracias, Jimin, es una hermosa madrugada, ¿no crees? —habla Jungkook viendo al cielo.
—Me gusta observar las estrellas, lo hago a menudo para verla a ella —comenta viendo al cielo.
—¿A ella?
—Sí, a ella —le responde suspirando con mirada triste.
La noche era fría, las luciérnagas destellaban en los árboles, tan solo se escuchaba el cantar de las cigarras dando un toque melancólico al ambiente, con una sonrisa y mirada triste le señaló el cielo.
—Sé que lo que estoy a punto de decir sonará un poco tonto, incluso infantil, pero es mi verdad —Jungkook se queda en silencio dejando a Jimin poder continuar.
—No te preocupes cariño, te escucho.
—Y bien, Jungkook te presento a mamá (y a mi pequeño Jae) —dice en pensamientos, eso último, Jimin tenía la vista fija en dos estrellas brillantes en el cielo—. Desde que mamá me dejó imagino que esa estrella es ella —Jimin termina hablando en susurros.
—Es muy hermosa —el alfa admira el manto estelar viendo perfectamente a la estrella que se refería.
—La más hermosa de todas, me prometí ser fuerte por ella, ¿sabes? Vivir una vida por los dos —suspira—. Mucho tiempo deseé que fuera yo el que tomara su lugar, todos los días extraño el tiempo donde solo éramos ella y yo, donde no había nadie más —guarda silencio unos instantes y continúa—. Siempre dicen esta tontería de que con el tiempo las heridas se curan, pero yo no siento ninguna mejoría.
Jungkook batallaba en no ir y abrazarlo, ya que dicen que con las personas indicadas tu alma se abre demostrando todos los sentimientos, aclaró la garganta con un pequeño carraspeo, habló dirigiendo su vista al cielo de nuevo.
—Es que hasta las cicatrices mejor curadas aún duelen, Jimin —responde con el vago recuerdo de su vida antes de que sus padres fallecieran.
—Lo sé, es por eso que me gusta tanto la noche, es tan solitaria, tan especial y calma —Jimin ajusta la manta sobre sus hombros.
—Yo también perdí a mis padres hace mucho, ¿sabes? No importa la edad que tenga, siempre los voy a extrañar.
Jimin se acercó al alfa brindando un poco de la manta para que se cubriera. Ambos estaban arropados, sus hombros rozando —Gracias —Jungkook le sonríe.
—Pienso igual y siento lo de tus padres, imagino que fue difícil para ustedes —Jimin se acerca un poco más, la piel de Jungkook se sentía fría.
—Lo fue, pero Yongsun es una gran alfa, ella se encargó de mí, por ella es mi lucha día a día, deseo ser un gran alfa, así como lo es mi hermana.
—Tú también eres un gran alfa Jungkook.
—Gracias, cariño eres muy amable —Jungkook da un leve empujón con su cuerpo y Jimin intenta sonreír. Ambos guardaron silencio por unos instantes, dejando calar el frío en su piel.
—¿Es que es irónico no? —pregunta Jimin después de unos segundos.
—¿A qué te refieres?
—De pequeños tememos a la oscuridad y a estar solos, pero ahora que soy mayor la oscuridad me da algo de paz, estando solo me encuentro bien. Le tenía mucho miedo a las tempestades, el viento, pero hoy todo es diferente; la tempestad me recuerda que estoy vivo y el viento es muy especial para mí y me hace sentir bien.
—¿El viento?
—Sí, cuando estaba donde Dongwoo por un tiempo venían suaves brisas revoloteando montones de hojas a mi alrededor, eso es especial —susurra con el recuerdo de su pequeño en mente, últimamente lo recordaba mucho y escuchaba su tierna y dulce voz.
—Entiendo el sentimiento, me pasa con las madrugadas, la media noche es mi momento favorito para conversar, no sabemos lo que decimos, nadamos alrededor de nuestras memorias para llegar al lugar de nuestras tristezas o felicidades.
—Justo así es, es extraño lo que te producen, pero es una de las mejores sensaciones —Jungkook rebosaba de felicidad por dentro, Jimin le había contado algo de su vida, confió en él y era tan maravilloso poder conversar de esa forma sin temor a nada.
—Es lindo poder sentir, Jimin... a pesar de todo lo que sucede, el bueno recordar que se vive.
Jimin suspira con la vista fija —Eso es una prueba a mi paciencia, siempre hay cosas que me temo, nunca sabré o entenderé.
—La vida es tentadora, cariño, algo así como un juego, en ocasiones debemos saber qué movimiento hacer y si tu mano está en riesgo entonces debes retirarla.
—Es solo inquietante, quisiera solo poder sacudirme y dejar todo, no recordar.
—Nuestra existencia puede llegar a ser una mierda, Jimin. Todo pasa, vas por buen camino. La vida es buena, pero todo tiene un costo, ya sea bueno o malo.
—Entonces que le ponga un precio a la emoción, porque estoy buscando algo bueno para comprar, creo que me faltan varias de ellas —Jimin sonríe amargo.
Jungkook suspira intentando dar las palabras correctas —Cuando nuestros padres murieron, Yongsun y yo intentamos olvidar el dolor saturándonos con muchas cosas, estudio, trabajos, y otras cosas. Pero teníamos un momento para nosotros, ¿sabes? —Jimin escuchaba con atención y deseó tanto tener a su omega para liberar su aroma y confortar un poco a Jungkook.
Jungkook conecta su mirada y continúa hablando —Siempre solíamos decir que los sábados se llevan el dolor porque nos reunimos para nosotros e intentar sobrellevar los sentimientos. Salíamos a tomar o simplemente nos quedábamos en casa hasta hablar a altas horas de la noche. Algunas cosas siempre cambian Jimin, nuestro corazón puede estar roto, pero es importante no dejarse destrozar. Encuentra el "sábado" que se lleve tu dolor o te dé un poco de esa emoción que dices no tener.
Jimin quita su mirada y suspira, deseaba decirle que su sábado ya tenía nombre y era el suyo —Entiendo, eso fue lindo, gracias por escucharme Jungkook y por permitirme escucharte.
—No es nada, cariño. Aquí me tienes como paño para limpiar lágrimas.
Jimin no comprendía porqué al estar cerca del alfa sentía el deseo de sonreír, no entendía de donde salía esta confianza al estar junto él, era como si lo conociera de toda la vida, sentía la libertad de querer hablar de todo y de nada.
Libertad...
Luego de un rato y por preocupación de Jungkook por lo frío del clima ambos se dirigieron a sus habitaciones para descansar, el alfa insistió para que Jimin se quedara con la manta que hace rato le otorgó.
Calidez era lo que sentía, el olor de Jungkook le daba tranquilidad, logró dormir sin ningún problema acurrucado junto a ella.
Una pequeña sonrisa se asomó por la comisura de sus labios antes de caer en el sueño profundo.
✧✦✧
Al día siguiente Yoongi se presentó para informar de cómo iban avanzando en la oficina, uno de los alfas que habían detenido en la persecución prometió decir algunas cosas a cambio de protección contra la furia de Dongwoo.
Jimin parecía estar más cercano a Jungkook después de la conversación de la noche anterior.
Yoongi entra y saluda cortesmente a ambos, para poder preguntar por el estado de Jimin, haciéndole saber lo mucho que se alegraba de tenerlo a salvo. Se extrañó un poco al sentir el aroma de su amigo en Jimin, pero le restó importancia.
Tenían conocimiento de una entrega de omegas para alfas importantes que venían de otros países, pero faltaba un tiempo para eso. El alfa juró no conocer el lugar exacto, así que el plan era esperar a que el otro despertara para hablar con él. Se encontraba sedado a causa de la paliza que recibió en el enfrentamiento.
El alfa había dicho que llegaban un día antes de la entrega a preparar el sitio, pero que no sabía quién era el vendedor encargado ni los compradores.
También se enteraron del trato de Nicola con Dongwoo, al parecer Nicola había raptado a Jimin para tener un omega a cambio. Hoseok, el amigo de Jimin, hijo de la doctora Solji que misteriosamente había desaparecido y nadie sabía dónde se encontraba.
—¿Sabes algo de Hoseok? —pregunta luego de toda la información.
—No amigo, aún no sabemos nada, pero te aseguro que seguimos tratando de encontrarlo.
—Esperemos que podamos saber algo de él en esta redada —Jungkook dijo viendo a Jimin.
Después de conversar algunas otras cuestiones de la investigación, se dirigieron al jardín para poder regar las plantas.
—Vaya, esto sí, que ha crecido —expresa Yoongi, asombrado por la cantidad de plantas nuevas que había en el lugar.
—Ni que lo digas Yoongi, Jin ama esto, ese omega tiene talento para hacer todo tan bello, pero empecemos pueda que no acabemos a tiempo —Jungkook palmea su espalda con cariño.
Jimin se acercaba junto a ellos con algunas mangueras y una cubeta con utensilios de jardinerías, ambos alfas fueron para ayudarlo con las cosas.
Jimin había tomado la cubeta de las herramientas para mostrar a Yoongi que primero debían limpiar las hojas secas y poner tierra a quienes les faltaran, si encontraba algunos frutos maduros debían recolectarse, fue así como su amigo le instruyó.
Jin no permitía que nadie más que su círculo de amigos tocara sus bellas plantas, ese sitio era sagrado para él.
Siempre dedicaba ratos para ir y hablar con ellas porque un día leyó que a las plantitas les hacía bien para crecer lindas y hermosas.
Al terminar de recolectar y limpiar, cada uno tomó una manguera para ir a regar.
Jungkook caminaba en círculos un poco, se distrajo cuando vio a Jimin parado de puntitas tratado de llegar a una de las macetas colgantes. La piel de su abdomen se expuso. No se fijó cuando sus pies se enredaron y para no lastimar a los rosales se movió un poco cayendo así de cara en la tierra.
La carcajada de Yoongi hizo que Jimin volteara y viera a Jungkook lleno de lodo.
Quiso reír, pero se aguantó las ganas, caminó para dejar la manguera en uno de los frutales y se dirigió a Jungkook.
Yoongi no paraba de reír.
—Jungkook, ¿te encuentras bien? ¿Estás herido? —pregunta preocupado al ver que el alfa no despegaba el rostro del lodo.
Jungkook levantó la cara del barro e inmediatamente le sacó el dedo medio a su amigo que no paraba de burlarse para después contestar.
—Todo bien Jimin, creo que solo me lastimé la frente.
—Déjame ver, digo... ¿Me permites revisar?
—Claro, gracias.
Jimin acercó su rostro a la cara de Jungkook, en su mirada había preocupación, el alfa suspiró por el acercamiento del chico.
Se quedó viendo sus bellos ojos verdes, pero al tenerlo así tan cerca pudo percibir algo, frunce el ceño, pues era algo mínimo, casi inexistente, pero ahí estaba nuevamente.
Sus ojos brillaron y sintió una corriente pasar por todo su cuerpo.
Yoongi se acercaba junto a ellos, viendo enternecido a Jimin por su expresión.
—Amigo, permíteme —una idea loca pasó por la mente de Yoongi, sacó la manguera y mojó el rostro de Jungkook para ayudar a Jimin a limpiarlo.
Todo se detuvo, pues ambos escucharon algo que no provenía de alguno de ellos.
¡Risas!
Eran jodidas risas, ambos voltearon a ver a Jimin que reía suavemente al ver a esos dos grandes alfas revoloteando como cachorros porque en venganza Jungkook tiró a Yoongi embarrado su rostro en el lodo.
—¡Es tan hermoso! —Jungkook no dejaba de admirarlo—. Yoongi tírate al charco de fango para poder escucharlo por siempre —los ojos del ojiazul brillaban tanto que iluminaron la mente de su amigo.
Y como si un foco alumbrara sus pensamientos, Yoongi habló —Jungkook, ya sé lo que sucede aquí —acusó.
—Calla Yoongi, no sé de qué hablas —dijo embarrando más lodo sobre él.
Yoongi intentó alejarse de Jungkook, pero este le lanzó un gran pedazo que se estampó en su rostro.
Ahora sí, Jimin rió fuerte tapándose de inmediato la boca al ver la expresión de indignación de Yoongi.
—¿Te parece gracioso, verdad Jimin? —Yoongi caminaba amenazante.
—No, Yoongi, claro que no —responde aún sonriendo.
—Perfecto, entonces... —se agacha tomando su manguera apuntando a su nuevo y muy amigo.
—No, Yoongi no te atrevas —Jimin negaba.
—¿A qué no me debería atrever? —contesta con una sonrisa tierna pero con mirada malvada.
—A querer... —Jimin no fue capaz de terminar de hablar por el agua, fue directamente a su rostro.
Indignado, Jimin se puso de pie tomando su manguera.
Era oficial, la guerra de agua había sido declarada.
Jimin perseguía a Yoongi mojándole la espalda, haciéndole saber que se arrepentiría por haberlo mojado.
Jungkook tenía los ojos brillantes ante la imagen delante de él, sonrió más al ver cómo Jimin se escondía detrás de uno de los árboles después de tirarle una buena porción de agua a Yoongi.
Yoongi al ver a Jungkook distraído se acercó para mojarlo por completo, haciendo que su camisa quedara pegada a su cuerpo. Por unos instantes Jimin quedó embobado al ver los tatuajes que se notaban por la tela transparente a causa de su piel mojada.
Jungkook es simplemente perfecto.
Jimin salió del trance cuando vio a Yoongi atacar de nuevo a Jungkook, así que corrió para defenderlo mojando completamente al alfa de ojos cafés.
—Eso es injusto, Jimin, ustedes dos contra mí —alegó riendo mientras intentaba escapar.
—Tú te lo buscaste —le respondió viendo que al alfa no se le había borrado la sonrisa.
—Cuídate Yoongi que Jimin me cubre la espalda —canturreó Jungkook con tono burlón, su alfa aullaba de felicidad dentro de él.
Los tres estaban empapados, la sudadera pesaba en el cuerpo de Jimin, así que ordenó a ambos alfas terminar de regar mientras él iba a cambiarse y preparar algo de comer.
Se duchó rápidamente para vestirse con sus flojos pijamas, luego de eso fue directo a la cocina para hacer baguette con carne y alguna bebida natural.
Jungkook llevó a Yoongi a la habitación de invitados para que lograra limpiarse, tomar una ducha y cambiarse con una mudada de ropa que su amigo le había dado.
Ambos salieron limpios y arreglados para ir donde Jimin, la mesa estaba servida, tomaron asiento comentado de lo orgulloso que estaría Jin cuando viera lo bien que dejaron el Jardín.
Después de cenar, Yoongi se retiró al terminar de limpiar junto a Jungkook.
—Me la he pasado bien contigo Jimin, gracias por la cena eres un gran cocinero y sabes puedes confiar en mi amigo.
—Gracias, Yoongi, considérame un amigo también.
—¿En serio, Jimin? Eso es genial, no sabes lo feliz que me hace escucharte, bien me retiro, feliz noche, amigo que estés bien.
Yoongi levanta la mano para decirle adiós a Jungkook, pues estaba hablando por teléfono.
Jimin tomó asiento en los sillones de la sala recordando lo que había pasado esta tarde, recostó su cabeza en el respaldo pensando en todo lo sucedido.
De pronto había recordado un poco de eso que llama dicha y felicidad.
Jungkook llegó junto a él —Era Yongsun —informa refiriéndose a la llamada—. Me preguntó cómo estabas, además dice que mañana regresan.
—Genial, tengo muchas ganas de ver a Jin.
—No le digas, pero a mí también me hace falta ese omega loco —comenta con cariño.
—Eres muy malo con él.
—¿Me dirás que no crees que Jin está loco? —Jungkook pregunta con una sonrisa en su rostro.
—No, Jin es bueno, el mejor.
—Es cierto, el día que te llevaron estaba dispuesto a matar a quien fuera para traerte de vuelta, se sentía tan mal por haber insistido en ir a la clínica.
—Yo lo admiro, quisiera ser más como él, ese día fue terrible y aún no dejo de pensar que por mi culpa el policía murió y en todos los heridos, fue tan horrible ver eso y...
—Tú eres perfecto, así como eres. No necesitas parecerte a nadie. Y nada ha sido tu culpa Jimin, el culpable de todo fue el idiota de Nicola y el maldito de Dongwoo.
—Solo es que todo parece tan complicado, Jungkook, tengo tanto miedo que les pase algo por mi culpa —Jimin se encoge.
—Tú te preocupas por todos menos por ti —Jungkook se queda viendo su rostro. Al no recibir respuesta, el alfa continuó—. ¿Cómo siguen tus heridas, necesitas revisarlas? —inquiere con genuino interés.
—Están mejorando mucho, mira —muestra acercándose un poco más.
—Bien porque no me perdonaría que te sientas mal y no pueda hacer nada para ayudarte.
—Gracias, Kook... Jungkook.
—Tienes mi total apoyo Jimin, a decir verdad yo me siento un poco mal por haber tardado en ir por ti.
—¿Qué dices Jungkook? Tú me rescataste, no sé qué sería de mí sin ti.
Jungkook suspira pesado, hablar con Jimin era fácil —Me enojé tanto cuando creí que te habían dañado, prometí estar para ti y te fallé.
—No me fallaste en absoluto, fuiste por mí y ahora estoy aquí, olvida lo que pasó, nunca nadie fue por mí y me alegra tanto que no me abandonaras.
—No te librarás tan fácil de mí, ahora cariño, no te voy a dejar.
—Todos tienen esa costumbre, Jungkook puede que algún día sepas a qué me refiero —levanta los hombros, resignado.
Siguieron la charla hasta quedarse casi dormidos, Jungkook se levantó para poder hablarle para que fuera a su habitación, pero Jimin estaba completamente dormido.
No quiso levantarlo, no se atrevió a tocarlo, así que fue por algunas mantas y lo cubrió bien para después el quedarse sentado observándolo detenidamente.
El deseo de poder hacer un retrato le invadió, quizá algún día Jimin mostraría de forma natural esa entera sonrisa que sabía que tenía y podría pintar muchos cuadros del chico.
Deseaba captar en pintura su bello rostro.
Al final, sin sentir quedó totalmente dormido, Jimin descansaba plácidamente por el olor tan relajante de Jungkook.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro